Parece que hasta hace pocos años en España y otros países del sur de Europa ni los niños ni los adultos jugaban a nada. ¡Qué aburrimiento! O eso, al menos, es lo que debería desprenderse de la adopción a ciegas de esa gamificación –en inglés, gamification– tan de moda entre muchos profesores que buscan motivar el aprendizaje de sus estudiantes sirviéndose de mecanismos propios del juego. En definitiva, una suerte del horaciano “enseñar deleitando”.
Podríamos traducir el anglicismo como jueguización, aunque si ya en etrusco había una raíz lūd(ere) (‘jugar’, ‘bromear’), que pasó al latín con ese significado, desde donde derivan lúdico, ludopatía o ludoteca, lo lógico será que nos sirvamos de ludificación, término, como ludificar, ya incorporado al Diccionario de la lengua española.
- La ludificación se ha implantado con fuerza en la enseñanza del español como lengua extranjera.